domingo, 30 de diciembre de 2018

Do You Wanna Dance?

Durante el periodo navideño, la Red se puebla de listas de recomendaciones (películas, música, libros, ropa, cachivaches informáticos...) dirigidas a los consumidores. En el primer año de este blog tan irregular, confeccioné sendos listados de cine y música que, en cualquier caso, no pretendían ser exhaustivos ni incitar a la compra. Sin ánimo para repetirme (más que nada, porque mis gustos no han cambiado en este tiempo), se me ocurre hacer un particular Top Ten de canciones para rematar el 2018. Ninguna es un éxito de los últimos meses o años, pero creo que la gente de mi generación reconocerá alguna de las más antiguas porque, en su día, sonaron insistentemente en la televisión y la radio.

En 1979 tenía yo once años, y ya entonces se me fijaron ciertas melodías que mi hermano escuchaba en Los 40 Principales (un programa de la Cadena SER que, justo ese año, emprendía su transformación en radiofórmula). La de Driver's Seat es una de ellas. La compuso Sniff 'n' The Tears, una banda de rock británica que se rompió justo tras el éxito de su primer elepé y que nunca remontó el vuelo a pesar de las sucesivas reencarnaciones lideradas por el cantante y compositor Paul Roberts (salvo, quizá, brevemente con Hungry Eyes). Al contrario de lo que sugiere el título, la canción no va de conducir un coche, sino de una ruptura sentimental. No descubro nada nuevo diciendo que la batería es el motor de estos cuatro minutos de viaje musical. El vídeo promocional que muestra a los seis integrantes del grupo (atentos al marchoso de la derecha) es de factura rutinaria.


Otra de aquellas canciones del 79 es la siguiente de ABBA. A diferencia de Sniff 'n' The Tears, a nadie se le ocurriría calificar al cuarteto sueco de One-hit-wonder, o sea, de artistas de un solo éxito. Pero es curioso que tratándose de una grupo pop, sean dos temas rockeros lo que más me gusta de ellos: Waterloo, que me electrizó (¡con apenas seis años!) cuando triunfaron en Eurovisión en 1974; y Does Your Mother Know?, sencillo extraído del album Voulez-Vous en abril de 1979. La música de ABBA es fácil de identificar por las voces de Frida y Agnetha, pero en Does Your Mother... quien ejerce de vocalista es Björn, el rubio tímido, pareja de Agnetha. Él y Benny (el pianista, marido de Frida) escribieron la letra (un hombre intentando pararle los pies a una jovencita enamoradiza) y se apuntan un logrado gancho instrumental a base de guitarra y teclados. Rowan Atkinson la usó en la primera entrega de su Johnny English y, por supuesto, se incluyó en el musical y la película Mamma Mia!

 
Cuando hablo de ritmo, no pienso solo en bailar, sino también en ese hilo musical que se oye de fondo mientras pones a punto tu casa para recibir el Año Nuevo. La aclaración viene a cuento de este otro tema: tratándose de Paul McCartney, pareciera música disco... Coming Up salió a la venta en 1980 como sencillo del segundo album de estudio en solitario (oficial) del ex-Beatles. Lo recordaba vagamente hasta que este mismo año lo redescubrí en YouTube. Se sustenta en un ritmillo funky y en el singular efecto de las voces aceleradas. En Estados Unidos triunfó la versión en directo que ocupaba la cara B del single; pero a mí me hace gracia este video en el que Paul y su esposa Linda parodian a personajes del rock, incluyendo al propio McCartney de la beatlemanía.
 

Kool & The Gang sacaron un puñado de buenas canciones en los 80, explosiva combinación de R&B, funk, soul y disco. A esta etapa más comercial pertenece Celebration, un tema del album Celebrate! de 1980. Es uno de esos clásicos de la música disco-funk de finales de los 70 y primeros 80 que todavía se puede escuchar en las radiofórmulas "del recuerdo". Destila alegría y diversión, apoyado en un riff de guitarra como los que hicieron grande a Nile Rodgers.


Cyndi Lauper arrasó en 1983 con Girls Just Want To Have Fun, su debut musical, una canción pop apta para las discotecas y las radio fórmulas. Pronto ganó fama de himno feminista, y eso que en su versión original de 1979 el protagonista era un joven mujeriego. Lauper acomodó la letra a su punto de vista, reivindicativo y lúdico a la vez ("Algunos chicos pillan una chica bonita / y la esconden del resto del mundo. / Yo quiero ser la que camina bajo el sol. / Oh, las chicas, ellas quieren divertirse. / Oh, las chicas solo quieren..."). Una batería contundente, la presencia del sintetizador y un efectivo riff de guitarra acompañan a la voz inconfundible de la estadounidense.


The B-52's era una formación con una trayectoria a la espalda cuando publicó su album de estudio Good Stuff en 1992. La canción del mismo título tuvo un éxito moderado y creo haberla escuchado por vez primera en Radio 3, ese mismo año o poco después. No soy un seguidor de la banda, pero este tema en particular, sin duda, es mi favorito. La versión lanzada en sencillo y usada en el vídeo promocional es más corta que la del LP, pero suficiente para apreciar el excelente trabajo del bajo y la guitarra y la personalísima voz de Kate Pierson. A pesar del tiempo transcurrido, mantiene intacta su vitalidad.


¿Nunca te ocurrió que una canción que rechazaste en su momento, al cabo de los años terminara por gustarte? Pues eso fue precisamente lo que sucedió con Scatman (Ski Ba Bop Ba Dop Bop). En 1995 la dejé pasar de largo; de un tiempo a esta parte la aprecio, sin que sepa decir bien por qué. Quizá sea la historia que se esconde tras Scatman John, el personaje que se inventó John Paul Larkin, un antiguo pianista de jazz, para compensar la tartamudez y un pasado de alcohol y drogas. La canción, que le proporcionó una efímera fama internacional a los 52 años, es una combinación de scat, disco y hip-hop arropando una letra dirigida a los niños que padecen su misma dificultad del habla. El video comparte ese mensaje de optimismo.


La canción del año en los Premios Grammy de 2009 estuvo envuelta en una polémica de plagio que levantó polvareda, pero eso no quita para que Viva la vida fuera otro acierto de los londinenses Coldplay. Si la incluyo aquí es por el contraste entre una letra reflexiva (¿el lamento del destronado -y guillotinado- Luis XIV?) y una melodía que eleva el espíritu, progresando y creciendo al compás de una sección de cuerda y del piano digital.


Termino este Top 10 regresando a la pista de baile. TiK ToK (2009) ha sido el primer y mayor triunfo en la carrera  de la californiana entonces conocida como Ke$ha. Fue co-producido por Benny Blanco y Dr. Luke, este último el nombre artístico del músico detrás de varios éxitos de Avril Lavigne, Katy Perry o Kelly Clarkson, y el mismo al que Kesha Rose Sebert demandaría en 2014 por abuso sexual y emocional. El sello de Dr. Luke se distingue en el rapeo de las estrofas y en el hook llamativo con que arranca este tema de dance pop y pop electrónico. Un canto a la juerga continua y, en cierto modo, un remake actualizado del Girls Just Want To Have Fun de la Lauper.


El auto-tune y la compresión del sonido son a la música comercial de las últimas décadas lo que la guitarra eléctrica al rock: una seña de identidad. Y si no, que le pregunten a Enrique Iglesias, un artista al que no prestaría atención de no mediar este I Like It producido en 2010 por RedOne (uno de los artífices de los primeros éxitos de Lady Gaga). El menor de los Iglesias se limita a poner la voz y el físico y a colaborar en la letra junto a Pitbull y el propio RedOne. No es que me interese mucho lo que cuentan (una invitación fiestera a poner los cuernos) y la presencia del cantante y productor de origen cubano normalmente bastaría para espantarme (prueba a escuchar la versión sin él). Pero este "Me gusta" tiene una pegada que te obliga a mover el esqueleto. Y de eso se trata en Nochevieja, ¿verdad? ¡Feliz Año Nuevo!


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