sábado, 31 de diciembre de 2016

No sólo mueren las estrellas de la música (comercial)

Hoy es Nochevieja y se me ha ocurrido escribir algo sobre las estrellas del mundillo musical que "nos han dejado" en 2016. En las últimas semanas los medios de comunicación se llenaron de titulares al respecto. La lista es importante: George Michael, Leonard Cohen, David Bowie, Prince. Los cuatro, anglosajones, por supuesto; dudo que las muertes de Juan Gabriel o Antonio Tena hayan tenido tanto eco fuera de Latinoamérica o España.

Pero no voy a referirme a ninguno de estos artistas. No porque mi interés por ellos se limite a canciones sueltas o porque pretenda negarles un lugar en la historia de la música contemporánea. Simplemente, hay otros individuo, menos personajes públicos, que me llaman la atención tanto o más que aquellos.

En enero fallecía Glenn Frey (67 años). Si eres de mi quinta seguro que recordarás The Heat Is On, de la banda sonora de Superdetective en Hollywood (1984). Antes, Frey había sido parte fundamental de Eagles, donde escribió e interpretó un puñado de buenas canciones como esta New Kid in Town, primer single del mítico álbum Hotel California (1976).



Este año también les tocó el turno a Keith Emerson (71) y Greg Lake (69). Fueron los dos tercios de Emerson, Lake & Palmer, un referente del rock progresivo de los 70. Emerson, un teclista con influencias clásicas y del jazz, se caracterizaba por su virtuosismo y la improvisación. Puedes comprobarlo en la grabación en vivo de Pictures at an Exhibition, una adaptación de 1971 del clásico de Mussorgsky/Ravel. Aunque seguro que esto te suena bastante más:



Greg Lake nació, musicalmente hablando, al participar en el que muchos consideran el disco seminal del rock progresivo: In the Court of the Crimson King (1969). Al poco tiempo se unió a Emerson y a Carl Palmer para formar el grupo homónimo, hasta su disolución a finales de los 70. Como suele ocurrir, su carrera en solitario no le reportó el mismo éxito. Nunca me he formado una opinión suya como guitarrista y bajista, pero sí de su voz. Valga de ejemplo Lucky Man, primera de sus composiciones para ELP (1970).



La pérdida de las estrellas del progresivo de los 70 será un hecho a corto y medio plazo, es ley de vida. La mayoría de las bandas en que surgieron desaparecieron hace tiempo. Otras se han mantenido activas (cual Rolling Stones, pero sin su gancho comercial  y mediático) gracias al reciclaje de sus miembros y al apoyo incondional de los seguidores. Yes es el caso más longevo, habiendo publicado entre 1968 y 2014. Hay quienes se refieren a ellos como el grupo de Jon Anderson, olvidándose de, entre otros, Chris Squire (67), cofundador y el único en participar en todos los discos. Su bajo y su segunda voz eran marca de la casa. Incluso en 2011 interpretó -con resultados aceptables- esta balada del álbum Fly from Here. Y, si bien Squire falleció en junio de 2015, para mí significó más que las muertes de un Bowie o un Cohen en este 2016.



P.D.: Hoy, 1 de febrero de 2017, leo en la prensa que ayer falleció, de cáncer, John Wetton a los 67 años. Otro veterano relacionado con el rock progresivo, puso sus dotes compositoras, vocales e instrumentales al servicio de King Crimson y, sobre todo, de Asia. No importa que yo no fuera un fan de esta superbanda AOR. ¿Quién no escuchó en los primeros ochenta Heat of the Moment...


... o la pegadiza Don't Cry?


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